lunes, 25 de mayo de 2009

Mi confontación con la docencia

¿Cómo percibo mi docencia?

Bueno, es la primera vez que me pongo a analizar mi docencia, es decir plasmar en palabra escrita lo que realizo cada día.

Comenzare por decirles el como llegué a la docencia: Mi Madre fue maestra de una primaria en Fresnillo Zacatecas, aun que fue una corta temporada, fue algo que marcó su vida, tuvo un hermano que estudió en un seminario y que salió de él debido a la muerte de mi abuelo y tenia que ayudar a mi abuela a llevar el sustento para mi madre y sus hermanas, jamás regreso al seminario debido a que fallece en un accidente automovilístico aun joven y soltero.

Estas historias que fueron contadas marcaron mi vida, por ello a los 14 años llegué a un seminario para estudiar, para ser sacerdote, desde ahí comencé a dar “clases” tanto a niños, jóvenes y adultos. Mi práctica y mis maestros me fueron enseñando que “lo principal de la enseñanza es el contenido y quien lo recibe”, que no debemos descuidar ninguno de los dos aspectos, por que sino desvirtuamos nuestro quehacer. Aunque en esta época lo primordial era el Alma, la vida espiritual de la persona.

Al salir del seminario por decisión propia y con la Carta de Pasante en Filosofía, tenia solo una opción viable para mi vida, el ser docente y por experiencia personal, tenia que ser a Nivel Medio Superior. Aun que tardé en llegar 11 años por cuestiones personales, al fin llegué en el año 2001, en el mes de agosto a un Centro de Enseñanza Medio Superior a Distancia (EMSaD).

Es a partir de este momento que al llegar ante mi primer grupo, de primer semestre, con la materia de Taller de Lectura y Redacción I y Orientación Educativa que me di cuenta que ésta era mi vocación, mi profesión y desde ese momento mi forma de vida.

He sentido en el transcurso de estos 7 años continuos, en la enseñanza, que he logrado impactar la vida de muchos jóvenes, he intentado darles un conocimiento con una base en valores, analizando cada contenido para encontrar en que punto puedo llevarlos a que reflexionen en su propia realidad y logren visualizarse como personas con éxito y felices en un futuro. Por ello considero que las materias que me han tocado impartir como son: Taller de Lectura y Redacción I y II; Literatura I y II; Ética y Valores I y II; Lógica I y II; Filosofía, Metodología de la Investigación; Ciencias Sociales; Sociología; Derechos Humanos; Tutorías y Desarrollo Ciudadano me han dado pie para introducir temas relacionados con la conciencia, los valores, el razonamiento, la responsabilidad, la vida, la trascendencia, el amor, entre otros temas de igual o mayor importancia, ¡Claro! Sin olvidar los contenidos conceptuales de cada asignatura. Pero son estos puntos de reflexión los que, creo, han hecho de mi vida docente como algo que valga la pena, por que me dedico, como me decían en el seminario: “lo principal de la enseñanza es el contenido y quien lo recibe”. Por ello me considero un docente “Humanista”, es decir veo a personas, seres humanos (con una gran complejidad) frente a mi, que esperan en muchas ocasiones más que el contenido de la asignatura misma.

He recibido en el corto tiempo de ser docente, muchas enseñanzas gratas, por ejemplo en una ocasión un alumno de segundo semestre me dijo que una compañera, que había sido su novia, estaba embarazada (no de él) y que quería abortar, y el recordó, parte de la clase de Ética y Valores I, donde tratamos este tema y las consecuencias, bueno, con estas herramientas logro convencer a su ex novia para evitar el aborto, meses después conocí a la niña que había nacido gracias a este joven. Otra de las grandes satisfacciones que he recibido es escuchar a algún alumno o alumna el que quiera estudiar una profesión en específico, debido a que se enamoraron de la asignatura a partir de las actividades y contenidos que compartimos en clase. Inclusive me hace feliz el que algún alumno o ex alumno se acerque a saludarme y me diga que le va bien en su escuela o trabajo, siento que se ha logrado el trabajo de los docentes que tuvimos la oportunidad de enseñarle algo en su vida académica.

Sin embargo tengo que reconocer que me falta mucho para lograr ser el Docente que mis alumnos merecen, por ello estoy en esta especialización, se que tengo una gran responsabilidad para con cada ser humano que llega a mi salón de clases, y que tengo que darme un tiempo para saber de cada uno y ayudar a los que me sea posible, a impulsarlos, con una palabra, una nota en su cuaderno, una sonrisa, una corrección, un trato cortés y amable, inclusive con escucharlos y leer sus trabajos, para que sepan que lo que dicen tiene un valor mas haya de lo académico, que lo que hacen es importante.

Una de mis mayores frustraciones es no poder darme ese tiempo para con mis alumnos, he tenido semestres, con una carga horaria de 10 ó 11 grupos de aproximadamente 48 alumnos por grupo, y el trabajo es desgastante, y me he descubierto cansado y enfadado por tanto que hacer y tan poco tiempo para hacerlo, pero es ahí donde recuerdo que es lo importante de la educación y renuevo fuerzas y sigo adelante. Regularmente no me quejo de mi trabajo por que yo lo he elegido, nadie me tiene a la fuerza, ni aun el dinero ni las prestaciones, es mi compromiso con migo mismo, con mi sociedad, con Dios lo que me hace ser feliz como docente.

Ya dentro del salón de clases, regularmente la planeación académica, tanto en Cobach como en Conalep, se hace por academias al inicio de semestre, incluyendo los planes de clases. Pero es cierto que los planes que no se modifican no son planes, debido a que la variación de la clase depende de muchos factores, tanto de ánimo, como de horario, entre otros aspectos. Es importante el tomar asistencia, para saber quien llego, pero también para saber quien es quien. El revisar tareas siempre me da tiempo de ver la letra de los alumnos, su forma de pensar, su manera de ver su realidad, es cierto que cuando son conceptos pueden llegar a copiarlos solamente, pero me ha servido el revisar tareas y después cerrar cuadernos y preguntar por la definición, o hacer un cuestionario en hojas blancas, donde se mencione del tema, o que realicen algún dibujo con relación a la tarea, o alguna otra estrategia para saber si entendieron aún aquello que copiaron uno a otro e inclusive directo de la computadora, muchas veces sin racionalizarlo.

La mayoría de los temas se prestan para desarrollarlos en actividades dentro del salón, son pocas las tareas, y regularmente hago un cierre, donde incluyo ejemplos de ser posible, o donde ellos participan con situaciones relacionadas al tema.

3 comentarios:

  1. Hola maestro Luis!
    Sin lugar a duda cada uno de nosotros tenemos una historia de vida, y la suya lo ha guiado por este camino, creo profundamente que no existen las casualidades, sino que todo sucede por un motivo.
    Es verdad que debemos de ser un poco mas humanistas como maestros, estamos en una sociedad muy distinta a la de hace unos años. A mi mis padres me permitieron ser estudiante 100% y trabajar solo en periodos de vacaciones. Yo admiro a mis alumnos que no viven con sus padres, que tienen que trabajar para pagar sus estudios, admiro como trabajan tiempo extra y aun así atienden a mis clases y dan lo mejor de sí. Es importante como usted lo menciona conocer más a nuestros alumnos, porque detrás de un joven rebelde existe una carencia.
    Saludos,

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  2. Profe Raquel, estoy totalmente de acuerdo contigo, nosotros vivimos una realidad diferente a la de nuestros jóvenes, y sus necesidades son distintas a las nuestras. Sin embargo tenemos que reconocer en ellos sus cualidades y virtudes mucho antes que sus defectos, de los primeros podemos obtener grandes resultados, de los últimos (defectos) no obtendremos nada.

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  3. Navegando me encontré con una historia tan similar, que realmente me conmovió. Profe, recibe un cordial saludo, y espero que pueda contar con un amigo aquí en Cuautitlán Izcalli, México. Yo también caí en esta pasión de la docencia, después de ver que se puede hacer mucho por la educación, y espero realmente buscar gente humanista que podamos forjar un cambio trascendental en este gran país. Recibe un abrazo cordial.

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